Coach, tutor, orientador y asesor educativo.
En esta entrada diré qué tienen en común y en qué se diferencian profesiones como el coach, el tutor, el orientador y el asesor. Para ello, primero me centraré en qué consiste cada una de ellas.
En primer lugar, el coaching educativo es una metodología que permite el máximo desarrollo personal y la profesionalidad de los individuos, aumentando su motivación, su compromiso, su responsabilidad y su aprendizaje. Se trata de promover cambios cognitivos, emocionales y conductuales para ampliar la capacidad de acción del sujeto.
Esta metodología es experimental y, en ella, tanto profesores como alumnos llegan a soluciones a través de su propia autorreflexión.
Por su parte, el tutor se encarga de coordinar y desarrollar la acción tutorial con sus alumnos mediante una estrecha organización con los demás profesores que imparten la docencia en ese grupo y también debe mantener contacto periódicamente con los padres de esos alumnos.
Por otro lado, el orientador se encarga de ofrecer apoyo tanto a la comunidad educativa como al alumnado y sus familias. Su tarea principal es identificar las necesidades educativas, tanto del centro como de los alumnos en concreto, también realiza un asesoramiento pedagógico a los profesores y a las familias y está coordinado con los servicios médicos, los servicios sociales y otros recursos de la comunidad.
Por último, el asesor es un maestro que enseña a aprender, es un orientador y guía que refuerza lo que le surge al estudiante en un proceso de aprendizaje.
Como se observa, todas estas profesiones tienen un mismo objetivo: ayudar, asesorar y favorecer tanto a los alumnos como a sus familias y a toda la comunidad educativa. Sin embargo, se diferencian en la metodología empleada pues el coaching es algo más alejado y limitado ya que el coach no se encuentra en el centro educativo y esta persona únicamente se centra en el ámbito social y emocional de cada alumno, mientras que la función del orientador y del tutor es más directa y cercana, ampliando la faceta del coach y llevándola también al ámbito educativo.
La segunda parte de la práctica consiste en realizar mi itinerario formativo. Ya que mi objetivo es llegar a ser profesora de la asignatura de lengua y literatura en un centro educativo, este itinerario comienza con los estudios del grado en Español, cuya duración es de cuatro años y, en los dos últimos, te permite especializarte en lengua o en literatura (yo opté por la rama de lengua). Una vez superados los estudios del Grado, es obligatorio realizar el Máster de Profesor de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas en la especialidad de Lengua Castellana y Literatura, que te permite trabajar tanto en centros públicos como en centros privados o concertados. Pero si el fin es trabajar en un centro público, posteriormente se debe superar las oposiciones correspondientes que constan de un total de 72 temas.
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